lunes, 10 de enero de 2011

800432

Escribir siempre fue mi salvación, nunca el problema. El problema viene por el motivo. Siempre me dio miedo, creía que solo era capaz de escribir cosas tristes, capaz de describir el horror del mundo. Pero eso era antes, antes de conocerte. Y entonces comencé a creer que solo era capaz de escribir moñadas…cosas de la vida, ahora vuelvo a mis orígenes, muy a mi pesar. No es porque no sepa escribir nada bonito, todo lo contrario, me muero de ganas de escribirte y gritarte un montón de cosas maravillosas…pero esta vez, mi orgullo me lo impide. Porque esta vez, lo que más deseo en el mundo es que el autor seas tú y no yo; que seas tú quien firme las palabras que cambien mi vida. No escribo para aclararme, aunque muchas veces eso surta efecto. Ya sabes lo que pienso, al decir las cosas en voz alta, siempre se hacen más tangibles. Pero esta vez escribo por no llorar. Escribo por no gritar. Escribo por no enfadarme...

Escribo para no odiarte.

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